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terça-feira, 2 de junho de 2009

Luna

“Espiero poder verte em una noche de verano en Cozumel!”. Eso dice así que colgué el teléfono em mi último dia en la Republica Dominicana. Imaginate estar harto de playas azules a mis 21 años!? Eso pasa cuando estas solo en un espacio perfecto. De que vale eso si quieres estar con una sola persona? Nada.
Llamé Consuela en el mismo momento. Tuvo que decir mil veces que era yo, “Sí, es Pablo, que conocestes em Cuzco, te acuerdas?”. Me puse muy contento cuando escuché um “claro!” bién fuerte. Le pregunté donde estaba y ella dijo que estaba em Cozumel conociendo tortugas. “Que linda que es”, piense.
-Venga a Cozumel, hombre! Tiene morada em mi casa siempre!
Que alegria. Todavia no tenia mucho dinero pero que es eso para um hombre enamorado? “Mucho”, me contesta vos. Sin embargo me fuí sin piensar dos ratos.
Era una playa bién linda, medio distante del centro playero de la ciudad pero por la simplicidad de la belleza estaba muy mejor que um monton de bares llenos de novios recién-casados. Tenía allá mi chica, la mujer del sueños de todo hombre: Consuela. Consuela. Consuela.
Me esperaba frente a la casa trajando un vestido azul com las puntas verdes. El pelo castaño calía por el cuerpo mientras ella venía en mi encuentro. “Hola”, dice ella, “Pensaba que fuera broma tuya y que no ibas a venir!”
-No hago chistes con cosas importantes, chica! No perderia la chance de conocer eso así por nada!
La miré y le di um beso.

(...) sigue después

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